Acervo: La Nación – Floriano Pessaro, responsable en Brasil del programa Beca Escuela. Entregar dinero a las familias indigentes a cambio de que eduquen a sus hijos es parte de un fuerte combate a la pobreza

El sistema intenta eliminar el trabajo infantil; en la Argentina hubo un proyecto similar que nunca pudo concretarse
6 de Enero de 2002 • 00:00

Floriano Pessaro es el funcionario que se encarga en Brasil de comandar el programa Beca Escuela (Bolsa Escola, en portugués), un esquema de subsidio directo a los hijos de familias pobres para que puedan educarse.

En la Argentina nunca pudo instrumentarse un plan similar, que tenía el anterior gobierno y que consistía en una tarjeta de débito para los pobres.

El proyecto argentino no incluía la entrega de dinero, sino la posibilidad de comprar alimentos, bebidas y útiles escolares, entre otros bienes imprescindibles.

En Brasil es una tarjeta de débito, pero se usa para retirar dinero en efectivo todos los meses.

El mayor socio del Mercosur pudo aplicar este sistema por una razón sencilla: formaron un padrón nacional informatizado sobre todos los beneficiarios de planes sociales.

En la Argentina esa tarea ha sido imposible porque no se pudo hacer un padrón que impida que los planes sociales se utilicen para completarles el sueldo a los empleados públicos o a los punteros partidarios. Los gobernadores se comprometieron a aportar los datos y nunca cumplieron.

-¿Qué es la tarjeta Beca Escuela?

-Es una tarjeta para sacar plata todos los meses en los bancos…

-¿No es para sacar mercadería?

-No, no, pero nada impide que esto pueda ser en un futuro. La madre saca la plata de la Caixa Económica Federal, que es un banco estatal con una red muy extendida. Donde no hay sucursal, el dinero se retira en los correos.

-¿Por qué la madre?

-Es una decisión basada en varios estudios realizados en Brasil. Son familias que reciben hasta 30 dólares por mes por lo tanto son presupuestos muy carentes, los hijos en general viven con la madre, algunos no tienen padre. Ese es un punto y el otro es que la madre pasa a ser una jefa de familia, que pasa a recibir un valor mensual y a tener una independencia. Es muy productivo. También tenemos un programa que otorga tierras, y los títulos salen ahora a nombre de la madre, porque los que los padres ganaban, los vendían y tomaban cachaça o gastaban la plata en otras cosas y no para la familia. La madre no, la madre es una excepción.

-¿Es obligatorio que los chicos vayan a la escuela?

-Sí, éste es un foco muy importante, nosotros tenemos que poner a todos los niños de Brasil en la escuela. Hoy tenemos un 97%, por lo tanto nos queda un 3% en las calles. Además tenemos que disminuir el abandono escolar, los niños no concluyen el ciclo básico, por lo que tenemos que incentivarlos para que concurran. El punto dos es que para que esto ocurra nosotros concedemos una ayuda mensual para que la madre ponga a sus hijos en la escuela, con una permanencia mínima de un 85% mensual. El programa atiende niños de 6 a 15 años en el ciclo básico para familias que ganan hasta medio salario mínimo brasileño, que es de 90 reales.

-¿Con esto tienen directamente un subsidio en dinero?

-Sí, un subsidio en dinero mensual, de 15 reales por niño, hasta 45 reales por familia. Los estudios mostraban que estamos ampliando las rentas de estas familias entre un 20 y un 50 por ciento. Entonces es un programa de profundo combate a la pobreza porque ayuda al presente y garantiza el futuro mediante la educación. Algunas de las discusiones que teníamos en Brasil eran que el programa era muy chico, que había un presupuesto de 165 millones de reales, y hoy son de 1700 millones. El presidente Fernando Henrique Cardoso quería que el pago llegase de una forma racional, directa, entonces el primer paso fue pensar que el programa no tuviese interferencias políticas porque era una gran cantidad de plata. Emitimos la tarjeta, que es federal, se entrega a la madre por intermedio de un banco público, y con el nombre de la madre y el número de identificación social, hay toda una base de información.

-Hay un sistema federal de identificación de datos…

-Hay un catastro en donde tenemos el nombre de la madre, de los hijos, dónde viven, la escuela adonde asisten. Es un sistema muy eficiente, que se combina con el sistema bancario de Brasil muy informatizado. No fue muy difícil hacer eso. Eso le da la oportunidad a la madre de sacar la plata sin pedir favores.

-No tiene que ir al partido…

-No hay política, tampoco nosotros manejamos la plata, porque sale del Tesoro nacional y va directamente al banco. Los gastos de administración del programa son bajos porque está todo informatizado. Hoy tenemos un gasto administrativo de un 7%, pero está amortizando la inversión de este año en la implementación del programa. La precisión es que tenemos una permanencia de un 5 por ciento.

-¿Participan bancos privados?

-Por el momento no, sólo bancos públicos porque es más barato. Además la Caixa es un banco que paga más de 15 beneficios federales por lo tanto es un banco que tiene una gran experiencia en atender al público más pobre, que los bancos privados no quieren en sus agencias. Es un programa que no resuelve, pero ayuda a combatir el crecimiento de la tasa de pobreza. Un programa de transferencia de renta directa como éste es muy eficiente. La plata va para las familias que no están consumiendo. Esto genera un consumo inmediato de un 15 o 20%, porque las familias no generan un ahorro, consumen comida en nivel básico, ropa, libros. Estamos pagando un promedio de 1,05 real por habitante, para 6 millones de familias, 11 millones de niños, 165 millones de reales por mes.

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